Los zorzales son una de las aves migratorias más esperadas cada otoño invierno por los cazadores. Siendo el mes de octubre en el que empiezan a llegar los primeros bandos cazaderos. Una modalidad de caza que ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años debido a la carencia de otras especies cinegéticas y al elevado coste que suponen otras modalidades.
España, por las bondades de su clima y por su privilegiada ubicación geográfica dentro del continente europeo, es actualmente uno de los mejores lugares para la caza del zorzal, lo que ha hecho que una gran cantidad de aficionados se desplacen hacia nuestro territorio. Esto ha provocado que el precio de los puestos de zorzal aumente y que cada vez sea más complicado encontrar un buen terreno para abatirlos.
Actualmente existen dos modalidades básicas para cazarlo. Una de ellas es al salto y en mano, paseando por el olivar o por áreas en las que el zorzal establece sus querencias. Y otra muy distinta es la caza del puesto al paso, bien al atardecer cuando se marchan a dormir, o bien cuando los zorzales acuden a los comederos.
Al salto y en mano
1. La complicación del tiro es muy elevada debido a que los zorzales suelen levantar el vuelo a una distancia importante, lo que provocará que cuando el animal alce el vuelo, el cazador dude a la hora de disparar ante la imposibilidad de medir bien la distancia, lo que ocasiona que se aleje todavía más y cuando vayamos a disparar se encuentre completamente fuera de tiro.
Por eso, para poder cazarlos con cierta frecuencia, lo primero que debemos hacer es usar una escopeta con chokes muy cerrados, de una o dos estrellas, o incluso de una en ambos cañones. Si disparamos con una semiautomática, el choke de una estrella será el más eficaz para lograr una buena percha de estas aves. El cartucho más adecuado será el de 32 gramos con perdigón del 8.
2. La ropa que llevemos tiene que ser cómoda y, al mismo tiempo, pegada al cuerpo para que cuando vayamos a realizar el encare rápido, la cantonera no se quede enganchada en nuestra chaqueta o chaleco y podamos llevar a cabo un encare más preciso.
3. Además, es muy importante que la bota sujete perfectamente el tobillo, ya que apenas miraremos al terreno cuando nos centremos principalmente en ver salir al zorzal, lo que puede dar lugar a un mal asiento del pie en el suelo y, por tanto, que nos hagamos un esguince o que suframos una luxación con cierta facilidad.
4. En esta modalidad de caza, la dificultad no está en el juicio de nuestros disparos o en el adelanto, ya que nuestros adelantos serán más reducidos. Pero sí es importante cuidar la técnica de encare, intentando conseguir siempre que en décimas de segundo la culata quede bien unida a nuestro pómulo, de tal manera que no levantamos la cara en absoluto. La mayor parte de las veces, si tenemos en cuenta este detalle y disparamos al mismo zorzal, por muy lejos que se encuentre, bastará para capturarlo.
Puesto fijo
5. Esta modalidad de caza no consiste únicamente en colocarse en un lugar determinado y tirar a todo lo que pase. Del mismo modo que ocurre en la caza en mano, las piernas son esenciales, pero también el conocimiento del terreno, la astucia y las especies que queremos cobrar.
6. Para el tiro del zorzal en puesto, los chokes tienen que ser como los que montamos para cazar en mano, es decir, una o dos estrellas o una con semiautomáticas. El cartucho puede variar en función de la cantidad de tiros que vayamos a efectuar. Si no se dispara demasiado, los cartuchos de 32 gramos de 8ª son los que nos proporcionarán mejores resultados, pero si podemos acceder a puestos de más de 300 tiros, los cartuchos de 30 gramos y eprdigón del 9 cumplen con su cometido a la perfección.
7. Es recomendable llegar al puesto casi de noche. Cuando el sol empiece a salir, será el momento de situar el puesto y de cortar ramas para taparnos, de manera que logremos una postura cómoda para tirar y, al mismo tiempo, que nos proteja de la extraordinaria vista de los zorzales. Además, es aconsejable allanar el suelo al máximo para favorecer una adecuada movilidad de nuestros pies al tirar.
8. Si la manera de subir la escopeta a la cara es suave, el zorzal no realizará quiebros en el aire, lo que nos permitirá lograr un swing rectilíneo, teniendo que calcular únicamente el adelanto y no la trayectoria. Al cruzar las líneas de tiro, suelen tomar una gran altura, lo que nos obligar a realizar unos adelantos muy grandes, incluso de cuatro o cinco metros por delante del animal.
9. Otro factor clave es trabajar la vista de manera ininterrumpida. El cazador debe quedarse quieto hasta que el pájaro se encuentre a unos 45 grados delante de él. Es entonces cuando podemos comenzar suavemente nuestro swing de tiro, ya que de esa forma, el pájaro no sze percatará de nuestra presencia, pues siempre va viendo aquello que tiene por delante en un ángulo de 45 grados o menos.